Breve histórico del Sistema de Siembra Directa en Paraguay

El sistema de siembra directa es un sistema de cultivo relativamente reciente. Su inicio ocurrió en la Inglaterra en la década de los 40.

En los años ’50 tuvo inicio en los EEUU, y en Alemania en los años ’60. En Brasil surgió en el inicio de los años ’70, simultáneamente en los Estados de Paraná y de Río Grande del Sur. El señor Helbert Bartz (Rolandia, PR) es considerado el pionero del sistema en el Brasil, habiendo iniciado sus parcelas comerciales bajo el sistema en el año 1972, con auxilio del ingeniero agrónomo Rolf Derpsch (Dijkstra, 1983; Borges, 1993).

En el año 1976 un grupo de productores paraguayos visitó la finca del señor Herbert Bartz en Rolandia, Estado de Paraná, Brasil, y en 1977 se introdujeron las primeras máquinas Ibiruba de siembra directa (SD) a través de la Cooperativa Colonias Unidas Agrícola Ltda. de la Colonia Obligado en el Departamento de Itapúa. En 1981 y 1982 fueron introducidas máquinas sembradoras de diversas marcas en la zona de Itapúa.

En los años 1980 hasta 1984, se realizan los primeros ensayos comparativos entre SD y sistema convencional, en la chacra experimental de Itapúa en la Colonia Pirapó.

Durante el año 1982 hasta el año 1984, con el apoyo de la Cotia de Brasil, fueron realizados los primeros seminarios sobre SD en las colonias japonesas de Alto Paraná e Itapúa (Cubilla & Moriya, 2000). De 1986 a 1990 el Cetapar-JICA realiza capacitaciones de productores líderes sobre SD a través de cursos, intercambios de conocimientos entre los mismos productores y giras técnicas al Brasil. Al mismo tiempo se instalan ensayos comparativos de SD versus labranza convencional. En 1990 en el Centro Regional de Investigación Agrícola-CRIA el “Proyecto de Fortalecimiento de la Producción de Granos Principales MAG-JICA”, seleccionó la SD para potenciar la producción de granos en la parte Sur del departamento de Itapúa. En el mismo año se formó el primer grupo de productores en SD integrado por 12 agricultores denominados Grupladi.

En 1992 se realizó el Primer Encuentro de Productores en SD del Paraguay. En el mes de agosto de 1993 se fundó la Federación Paraguaya de Siembra Directa para una Agricultura Sustentable-Fepasidias. En 1992 según encuestas del consejo permanente Japonés para el estudio del cultivo por el método del SSD y el Centro Regional de Investigación Agrícola (CRIA), constatan que los principales problemas del sistema fueron: el control de malezas, problemas en la germinación, pocos rastrojos, plagas en la soja y enfermedades en el trigo.

En marzo de 1993 se realiza el Primer Congreso Nacional de SD del Paraguay y en mayo de 1993 se inicia el Proyecto Conservación de Suelos MAG-GTZ que da un fuerte impulso a la capacitación de técnicos, especialmente a los dedicados a la asistencia técnica de productores de soja y trigo. Los cursos fueron desarrollados con la cooperación de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco). El mismo año también se iniciaron las investigaciones sobre abonos verdes, sistemas de labranzas y efectos residuales de herbicidas en los departamentos de Alto Paraná y San Pedro. En setiembre de 1994 se realizó el 2° Encuentro de Productores de SD en Paraguay.

En 1996 se realizó el Primer Encuentro Latinoamericano de SD en la Pequeña Propiedad, donde se demuestra la viabilidad del sistema en las pequeñas propiedades. A partir de esa fecha el Ministerio de Agricultura y Ganadería, da mayor impulso a la difusión del SSD a los pequeños productores. En 1996 también se iniciaron los trabajos de investigación sobre producción de soja en campos nativos en el departamento de Misiones, juntamente con la Capeco, Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y la Asociación Rural del Paraguay (ARP), Regional Misiones. Los trabajos fueron destinados a determinar las variedades promisorias para la región, la corrección de la acidez de los suelos, el manejo de la fertilización y control de las malezas nativas.

También se dio impulso a la demostración de la SD a través de parcelas de producción en establecimientos de ganaderos y escuelas agrícolas. A partir de 1997 hasta el 2000, el MAG, juntamente con el Cetapar-JICA y la Capeco dictaron 5 cursos de un mes de duración sobre agricultura sostenible tomando como estrategia a la SD, dirigido a profesores universitarios, escuelas agrícolas, investigadores y técnicos de la asistencia técnica pública y privada.

En el año 2001, se realiza en Capeco el seminario de cierre del proyecto de conservación de suelos MAG-GTZ, liderado por el ingeniero agrónomo Rolf Derpsch, con presencia de destacados líderes pioneros del sistema. Posteriormente la Asociación de Siembra Directa de Naranjal (Asidinar) realizó su tercer simposio sobre SD y se realizó la reunión anual de la Confederación de Asociaciones Americanas por una Agricultura Sustentable (Caapas).

En el año 2002 se realiza el primer seminario taller en Capeco, titulado: padronización de análisis de suelos y conducción de experimentos de calibración para la recomendación de fertilizantes y encalado en SD en Paraguay, organizado con los profesores Telmo Amado, Flavio Eltz, Thomé Lovato y Luiz Finamor de la Universidad Federal de Santa (UFSM), y el profesor João Mielniczuk de la Universidad Federal de Rio Grande del Sur (UFRGS), RS, Brasil, como también el Programa Nacional de Manejo, Conservación y Recuperación de Suelos del MAG, con el ingeniero agrónomo Ken Moriya como director. Al año siguiente, 2003, la Capeco y la UFSM firman un acuerdo de cooperación técnico, científico y cultural, con objetivos de realizar la padronización de los métodos laboratoriales de análisis de suelos del Paraguay, cooperación para establecimiento de una red nacional de laboratorios, y la conducción de los primeros experimentos de calibración a campo, para obtención de recomendaciones de fertilizantes para los principales cultivos de granos del país.

El convenio hasta la fecha ha generado, aparte de la primera información del manejo de fertilizantes en SD, tesis de posgrado de estudiantes paraguayos en aquella Universidad, cuatro maestrías (Cubilla, 2005; Wendling, 2005; Hann, 2008; Fatecha, 2010) y una tesis de doctorado (Barreto, 2008). Estos trabajos permiten realizar hoy en día, recomendaciones para la fertilización química de N, P y K en trigo, soja, maíz y girasol cultivados bajo el SSD.

A la fecha se cuenta con 11 organizaciones de productores asociados a la Fepasidias, de los cuales 2 son de pequeños productores, una de Paraguarí (Asidipar) dedicados a la recuperación de suelos y la de Edelira (ASDTA) dedicados a la producción en SSD, siendo actualmente un centro de irradiación de la tecnología. La Asociación de Siembra Directa de Naranjal (Asidinar) es una de ellas que conforma la Federación. Asidinar ha realizado tres simposios (1996, 1998 y 2001) para fomentar la rotación de cultivos y la rotación de productos fitosanitarios, con el fin de disminuir la incidencia de enfermedades, plagas, y resistencia de malezas; que representan un motivo de las rastroneadas de algunas parcelas de SD, liberando carbono y dejando el suelo desnudo sin cobertura, exponiendo a erosiones intensas, por las fuertes lluvias ocurridas últimamente. De esta forma, pierde la naturaleza, el agricultor y consecuentemente, el país.

Evolución del área de siembra directa mecanizada

La soja y el trigo fueron los cultivos con que se inició la producción comercial en el SSD, siendo la avena negra el cultivo de cobertura de invierno para la siembra de soja. Posteriormente se desarrolló la producción de maíz, girasol y sorgo, y otros cultivos ocasionales como es el caso de la canola. Con relación a los abonos verdes la avena negra es la cobertura de invierno por excelencia. Sin embargo, en los últimos años la mezcla con nabo forrajero, con nabo forrajero + lupino, con nabo + triticale, han aumentado considerablemente.

El área de producción en el SSD ha tenido un aumento considerable e importante en los últimos 15 años, ya que en 1992 la estimación cubierta era de 20.000 ha, alcazándose hasta hoy aproximadamente 2.600.000 ha bajo el SSD, correspondiente al 90% del área cultivada con el cultivo de soja.

Estrategia de la difusión

La experiencia de la difusión del SSD fue con énfasis en la capacitación de técnicos y productores, realizados en forma conjunta entre el Ministerio de Agricultura y Ganadería apoyado por cooperaciones técnicas internacionales (Proyecto Conservación de Suelos MAGGTZ, Cetapar/JICA) y otros sectores ligados a la producción como los agro exportadores (Capeco), proveedores de insumos químicos (Cámara de Fitosanitarios y Fertilizantes- CAFYF), importadores y distribuidores de maquinarias (Cámara de Importadores de Automotores y Maquinarias-Cadam), productores organizados (Asociaciones de Productores de Siembra Directa: Fepasidias, Apascu, Asidinar, ASDTA, Apane, etc.) y productores líderes motivados. La acción conjunta fue con aportes directos o contribuciones para las capacitaciones. El intercambio entre técnicos, productores, productores-técnicos, técnicos-productores en la planificación, ejecución y demostración de los trabajos, fue el mecanismo que ha presentado resultados para adopción del sistema en la finca de los productores. Además, la participación activa sin distinción en congresos, seminarios, jornadas técnicas y cursos tanto como organizadores, participantes o expositores, contribuyó al fortalecimiento técnico del SSD.

Avances en el sistema de la pequeña propiedad

La SD en la pequeña propiedad ha tenido un dinamismo excepcional en los últimos años. Esto se refleja en la diversidad de alternativas que los productores han desarrollado en sus fincas de producción tomando como base el SSD. La variabilidad del sistema se da caso por caso, considerando que la adopción del sistema por los pequeños productores ha sido el resultado de la creatividad de los mismos y los técnicos de la asistencia técnica aplicando los principios del uso de la cobertura muerta, la eliminación de la quema y la remoción del suelo con arado. Las variaciones se dan a la secuencia de la rotación de cultivos, la asociación de cultivos, la combinación de las especies vegetales utilizadas como cobertura muerta, y la construcción y/o adecuación de las herramientas por parte del productor. No obstante el uso de la mucuna ceniza (Mucuna pruriens), la avena negra (Avena strigosa), la canavalia (Canavalia ensiformis CD) y el kumandá yvyra’í (Cajanus cajan) es resultante de la difusión realizada por la asistencia técnica del Gobierno y las ONG’s.

¿Por qué hacer Siembra Directa?

El suelo es el recurso natural más precioso e importante, dentro de la propiedad agrícola. Conociendo esta importancia, muchos productores no dan la debida atención, lo que hace que al transcurrir el tiempo el suelo sea menos productivo. La sustentabilidad de la agricultura depende, entre otros factores, del uso de prácticas conservacionistas que minimicen la degradación de los suelos y reduzcan sus pérdidas. En este caso, el suelo merece atención especial. Por el uso adecuado, se torna la actividad agrícola viable económicamente y sin daños al medio ambiente. La filosofía del sistema de siembra directa tiene en su esencia el equilibrio del ecosistema, ya que posibilita la auto sustentación en términos económicos, sociales y ecológicos.

La siembra directa al principio, procura recuperar los suelos de baja aptitud y capacidad agrícola, haciendo con que pequeños, medianos, grandes productores permanezcan trabajando en sus propiedades: “es el sistema de exploración agrícola que más se aproxima al equilibrio de la naturaleza”.

Ventajas y beneficios de la adopción del Sistema de Siembra Directa

El sistema de siembra directa tiene su fundamento en la ausencia del revolvimiento del suelo, en su cobertura permanente, en la rotación de cultivos y en el manejo integrado de plagas, enfermedades y malezas. Es la forma de manejo conservacionista que envuelve todas las técnicas recomendadas para aumentar la productividad conservando o mejorando continuamente el ambiente. La erosión fue la principal razón que llevó a agricultores a adoptar el sistema, una vez que causaba intensa degradación ambiental, tornando la actividad agropecuaria casi insustentable.

Control de la erosión

A medio y largo plazo, el aspecto más positivo de la adopción del sistema es, sin dudas, el control de la erosión, pues posibilita la reducción de las pérdidas de suelo en hasta 90%.

Conservación de la humedad del suelo

La cobertura muerta “mulch” existente actúa como agente aislante, impidiendo oscilaciones bruscas de la temperatura del suelo, contribuyendo para la mejor evaporación del agua almacenada, permitiendo mejor aprovechamiento de la humedad, soportando los veranos con más seguridad y estabilidad de producción. Otro aspecto importante de la conservación de la humedad, es la uniformidad de la germinación de las semillas y el crecimiento inicial de las plántulas.

Otros beneficios

Tomándose como base los principales problemas causados por la erosión y los resultados de investigación, se puede afirmar que la siembra directa implica:

  • Aumentar la vida útil de máquinas y equipamientos, reduciendo el gasto con combustibles y manutención.
  • A largo plazo mejora la fertilidad del suelo.
  • Posibilidad de incorporar áreas marginales al proceso productivo.
  • A largo plazo reduce el uso de herbicidas, tanto por el efecto de cobertura permanente del suelo con la cobertura (paja) como por el efecto alelopático de la cobertura.
  • Regula la temperatura del suelo.
  • Posibilita el desenvolvimiento de enemigos naturales de plagas y enfermedades.
  • Mayor productividad de los cultivos.
  • Mayor equilibrio biodinámico del suelo.
  • Expande el periodo de posibilidad de siembra.
  • Reduce el costo de prácticas mecánicas, como en la construcción de curvas de niveles.
  • Reduce a medio y largo plazo el costo de producción, por causa del mejor uso de fertilizantes, agroquímicos, número de implementos agrícolas así como de la mano de obra.

Implicaciones ambientales de la Siembra Directa

La siembra directa es una tecnología eficiente en la superación de las limitaciones provenientes de la explotación inadecuada del suelo y ha proporcionado mayor sustentabilidad a la agricultura, debido a que promueve:

  • Protección permanente al suelo.
  • Reducción significativa de los niveles de contaminación de los cursos de aguas.
  • Estabilidad ecológica de la región.
  • Alteración de la composición de la flora y fauna, garantizando un equilibrio entre las especies benéficas y maléficas al sistema productivo.
  • Eliminación de la necesidad de quemas.
  • Rendimientos más estables en el transcurrir del tiempo con impacto mínimo en el recurso natural, garantizando un equilibrio mayor entre el uso de insumos la cantidad producida.

Cómo iniciar el Sistema de Siembra Directa

Una de las dificultades en la implantación del sistema está relacionada con la concientización del productor cuanto a la importancia y a la necesidad de su adopción, una vez que las dificultades materiales o técnicas puedan ser fácilmente superadas.

Se recomienda que sea iniciada en áreas no superiores a 50 hectáreas, para que el productor pueda tener perfecta adaptación a la nueva forma de administrar las actividades, principalmente aquellas ligadas a la siembra y al control de malezas.

La implantación en grandes áreas pueden generar frustraciones, llevando al abandono del sistema. Las mejores áreas de la propiedad deben ser las elegidas, o sea, aquellas planas, química y físicamente corregidas y con pocas malezas. Es conveniente aumentas las áreas solamente después de dominar totalmente el sistema.

Requisitos para implantar el sistema de siembra directa

a) El productor debe estar permanentemente predispuesto y consciente a aceptar una nueva fórmula de manejar el ambiente.

b) Entrenamiento y capacitación, para iniciar este sistema es necesario que el productor esté adoptando y dominando los principios de conservación de suelos.

c) Disponer de asistencia técnica especializada.

d) Áreas sin problemas de compactación, de erosión y de plantas invasoras (malezas) de difícil control, cuanto más degradado y pobre química y físicamente esté el suelo, mayor será la demora para que los efectos benéficos del sistema se manifiesten.

e) Elegir correctamente máquinas y equipamientos, sembradoras específicas, sobre todo.

f) No quemar los restos culturales, la paja representa cobertura y abono al suelo, además de evitar la erosión.

g) Abonos verdes para la cobertura del suelo, cultivar especies que tengan buena cobertura y producción de paja, la época de manejo es muy importante.

h) Rotación de cultivos, no sembrar siempre el mismo cultivo en la misma área, programando un esquema organizado de rotación. Esta práctica asume un papel extremadamente viable de la siembra directa, principalmente en la relación al control de enfermedades y a la producción de paja para protección del suelo.

i) Manejar adecuadamente la paja y la fertilidad del suelo, con un buen plan de fertilización.

Plantas de cobertura/abonos verdes para formación de cobertura en el Sistema de Siembra Directa

El uso intensivo y el manejo inadecuado de las diversas áreas exploradas han acelerado la erosión, causando alteración en algunas propiedades físicas, químicas, y biológicas del suelo. Esto también ha contribuido para el proceso de degradación de la materia orgánica, con consecuentes mermas de la fertilidad natural de los suelos y disminución del potencial productivo de los cultivos. Normalmente, las áreas mantenidas sin cobertura son las más predispuestas a los efectos desfavorables de las excesivas precipitaciones y sus consecuencias. Con esto, se verifica mayor pérdida de nutrientes de todo el sistema productivo.

El uso de plantas de cobertura o abonos verdes (terminología más antigua) corresponde a utilización de plantas en rotación, sucesión, o consorciadas en cultivos, con finalidad de protección superficial de suelo, así como la manutención y/mejoría de las propiedades físicas, químicas, y biológicas del suelo, inclusive a profundidades significativas gracias a los efectos de sus raíces, promoviendo un mejor equilibrio y mayor producción de biomasa con consecuente aumento del potencial productivo del suelo.

Requisitos a ser observados en las especies de plantas de cobertura (citado por Ademir Calegari)

a) Presentar buena adaptabilidad en las distintas regiones donde son cultivadas, como también presentar cierta rusticidad cuanto a las condiciones edafoclimáticas.

b) No ofrecer dificultades y/o no aumentar la mano de obra, y así aminorar los costos de la implantación y manutención de los cultivos.

c) Presentar resistencia al ataque de plagas y enfermedades, no ser hospederas y/o multiplicadora de organismos nocivos al suelo y a los cultivos comerciales (nematodos, otros).

d) Tener un efecto satisfactorio en cuanto a la cobertura del suelo, supresión de malezas

y producción de masa verde y seca.

e) Efectivamente no presentar el carácter de maleza, lo que podría ocasionar en el futuro

una especie indeseable para el sistema.

f) Plantas que complementen la exploración de áreas, o sea, puedan ser empleadas en rotación o consorciadas con cultivos comerciales, potencializando la mejoría del suelo, favoreciendo el rendimiento de los cultivos posteriores.

g) Preferentemente que se comporten como plantas de múltiplos usos, siendo utilizadas como cobertura del suelo, empleadas como forrajeras, heno, etc., además del aprovechamiento de los granos en la alimentación humana y animal, constituyéndose como fuente de renta para su comercialización.

h) Presentarse como una posibilidad viable y económicamente rentable al productor, o sea, que a corto, medio y/o largo plazo se conviertan en una tecnología factible de adopción por parte del productor rural.

Objetivos del uso de especies de plantas para cobertura

a) Impedir el impacto directo de las gotas de lluvia en el suelo, quebrando la energía cinética de la lluvia y evitando con eso el desencadenamiento del proceso erosivo.

b) Mantener la humedad del suelo (disminución de pérdidas de agua por evaporación) y disminuir la oscilación térmica en las camadas superficiales.

c) Aumentar la infiltración del agua en el suelo, disminuyendo el escurrimiento superficial y las pérdidas de agua, suelo y nutrientes.

d) Buscar una mejor estructuración del suelo (mejor agregación, mayor aeración) favoreciendo el crecimiento de las raíces de los cultivos posteriores.

e) Implementar el reciclaje de nutrientes en el suelo, disminuyendo la lixiviación de los mismos, para adicionar nitrógeno al sistema, principalmente con el uso de leguminosas minimizando la demando extrema de fertilizantes.

f) Posibilitar, con el crecimiento rápido y agresivo, la competición con malezas, disminuyendo los costos con su control.

g) Aumentar los tenores de materia orgánica en el suelo a lo largo de los años, lo que proporcionará significativas mejorías en las características químicas, físicas, y biológicas del suelo.

Una determinada especie de planta utilizada es un componente fundamental que, a la hora de integrar un determinado sistema productivo, deberá haber sido criteriosamente validada a nivel regional, tanto en su comportamiento en cuanto en los diferentes potenciales de aprovechamiento.

La gran mayoría de las especies, inclusive, deberá necesariamente hacer parte de un esquema adecuado de rotación de cultivos, donde cada componente tendrá su debido lugar en su espacio y en el tiempo, previamente definido y validado por resultados de investigación y de los productores.

Soja bajo Sistema de Siembra Directa

Rotación de cultivos

Se entiende como rotación de cultivos una alternancia regular y ordenada en el cultivo de diferentes especies vegetales en secuencia temporal en una determinada área. Con el avance de la agricultura regional en dirección a la siembra directa de calidad, se torna obligatoria la adopción de la estrategia en que la rotación se constituye en elemento imprescindible para sustentación de los sistemas de producción.

El conocimiento producido evidencia que la repetición, año tras año, de un mismo cultivo, en la misma área, contribuye para la disminución de la biodiversidad y, consecuentemente estimula un posible aumento de plagas, enfermedades, desequilibrios físicos, químicos y biológicos del suelo.

La planificación estratégica de cultivos en la propiedad proporciona el equilibrio necesario para los aspectos físicos, químicos, biológicos, y económicos de los sistemas de producción. El pilar del sistema de siembra directa está en la cobertura del suelo por los residuos culturales, protegiendo la superficie del suelo contra el impacto de las gotas de lluvia y aumentando la infiltración del agua en el suelo. La sustentabilidad de este sistema está ligada a esta misma cobertura, que cataliza y sustenta toda la continuidad del sistema. En la práctica se ha observado que, cuanto mayor es la cantidad de residuos, más rápida será la recuperación del suelo y mejores serán las respuestas en los sistemas de producción en la mejoría de los rendimientos de los cultivos y/o en la reducción de los costos de producción. El uso de sistemas de cultivos con elevada edición de fitomasa al suelo ha demostrado ser una de las prácticas más eficaces en la mejoría en la calidad del suelo. El eficiente control de la erosión, el incremento de la materia orgánica, el ciclaje de nutrientes, y el estímulo a la actividad biológica, entre otros, promueven un gradual incremento en la calidad del suelo (Amado & Eltz, 2003) y en la estabilidad estructural del suelo (Reichert, et al., 2003), garantizando una mejor sustentabilidad del sistema de siembra directa.

La contribución de estos efectos proporciona mayor infiltración y almacenamiento de agua en el suelo, mejor aeración del suelo y desenvolvimiento del sistema radicular de las plantas, con reflejos significativos en el aprovechamiento de nutrientes del suelo y en la respuesta de los cultivos. La práctica de cultivo de plantas de cobertura adecuadamente conducida en rotación de cultivos en el sistema de siembra directa y adaptada regionalmente permite mejor distribución del trabajo durante todo el año, resultando en economía de mano de obra, con la disminución del uso de arados, rastras, etc, y del control mecánico/químico de malezas. Se facilita la planificación y se destina más tiempo para otras actividades en la propiedad, contribuyendo para mayor diversificación y mejor atención de las otras diferentes actividades en la propiedad rural. Este sistema promueve acentuada reducción de pérdidas de suelo, mejoría de la fertilidad del suelo por el mayor reciclaje de nutrientes, mayor diversidad biológica con consecuente equilibrio de las propiedades del suelo, aumento en el rendimiento de los cultivos, mayor estabilidad de producción, además de posibilitar lo racional y constante uso de la tierra, comprobando así que es una eficiente forma de producción continua de sistemas sustentables.

Camada de 0 – 10 cm en Sistema de Siembra Directa

Siembra Directa con calidad

Para la reducción de la erosión hídrica resultante de la actividad agrícola deben ser considerados tres aspectos principales:

a) Aumento de la cobertura vegetal del suelo.

b) Aumento de la infiltración de agua.

c) Control del escurrimiento superficial.

Así, la siembra directa, asociada a otras prácticas conservacionistas, como rotación de cultivos, y utilización de plantas de cobertura, es una de las mejores alternativas para la conservación del suelo y del agua.

Los sistemas agrícolas donde el uso intensivo y el manejo inadecuado de los recursos naturales, muchas veces seguidos de prácticas de monocultivos o sucesión continua de cultivos (soja-trigo, soja-maíz de segunda, arroz-arroz, algodón-barbecho, soja-barbecho, etc.), han contribuido para la alteración de las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo, con degradación de la materia orgánica y consecuente empobrecimiento del suelo, resultando en la disminución del potencial productivo de los cultivos.

En áreas generalmente desprotegidas, o sea, que no poseen sistemas de manejo que permitan la adición y/o mantenimiento de residuos vegetales cubriendo el suelo, ciertamente las pérdidas de nutrientes por escurrimiento y lixiviación serán bien mayores a una área cultivada. A parte de estas prácticas indeseables, la monocultura también contribuye para un estrechamiento en la biodiversidad y consecuente aumento en los riesgos de los cultivos al posible ataque de plagas, enfermedades y mayor infestación por malezas. De esta forma la rotación de cultivos, incluyendo diferentes especies de plantas de cobertura adaptadas regionalmente, adecuadamente distribuidas, en el tiempo y en la propiedad, puede contribuir para una mayor biodiversidad en el medio ambiente y consecuentemente mayor equilibrio del sistema como un todo. Sistema que integran plantas de cobertura y rotación de cultivos y que, además de proteger el suelo, promueven mejorías en las condiciones ambientales y efectos favorables al desenvolvimiento de los cultivos comerciales, deberán ser constantes en el manejo de los sistemas productivos. Así, es recomendable que el sistema de siembra directa y las rotaciones de cultivos desenvueltas sean adaptadas regionalmente, considerándose las condiciones de suelo y clima, las condiciones socio-económicas y el interés del productor rural, y, sobre todo, además de ser técnicamente factibles, sean ecológicamente equilibradas y económicamente viables.

En las regiones tropicales y sub-tropicales, como es el caso de nuestro país, la adopción del sistema de siembra directa en substitución a la práctica de la agricultura en suelo desnudo, se ha consolidado como una inversión en la preservación de los recursos naturales y socioeconómicos, que amplía la sustentabilidad del agronegocio.

Comentarios finales

La adopción del Sistema de Siembra Directa en las áreas mecanizadas ha sido rápida. Esta situación se explicaría por la estrategia de la difusión realizada y a la rentabilidad del sistema comparada con la labranza convencional. Sin embargo, tanto en suelos altamente degradados como medianamente fértiles de los pequeños, medianos, y grandes agricultores, el dinamismo se dio en las adecuaciones del sistema a cada realidad y no en el área o superficie adoptada.

Esto se explicaría por las limitaciones culturales y económicas en la que se encuentran los pequeños agricultores. No obstante, existe un alto potencial de su adopción masiva considerando la alta rentabilidad del sistema y de la mano de obra. Al mismo tiempo el sistema se incorporó en la estrategia de los planes de desarrollo del Gobierno y proyectos financiados por organismos internacionales.

Potencial de aumentar el área de producción de granos existe, dadas las condiciones de suelo y clima en los campos nativos y de pasturas, pero lo inmediato y más importante es mejorar la calidad del sistema de siembra directa que hoy presenta nuestros campos.


Este artículo fue publicado en la Edición N° 121 de la revista ACTUALIDAD DEL CAMPO AGROPECUARIO. Julio de 2011

Artículos Recomendados